Director de la ONG de derechos humanos, Waynakuna Perú. Especialista en temas contra el terrorismo.

3 de julio de 2009

El Aprismo en el siglo XXI : Revista Ideele

El aprismo en el siglo XXI: Una breve reflexión
Foro multipartidario
Luis Alberto Sánchez Cáceres

El aprismo no puede ni debe entenderse como una idea estática ni como una vorágine de ideas sin concepción en el tiempo. El aprismo está segmentado en la idea del espacio-tiempo histórico, fundado a su vez en los preclaros de la teoría de la relatividad de Albert Einstein. No tendría por qué ser el aprismo un calco de las ideas de Marx o un satélite postergado como lo fue Cuba en Latinoamérica.
El aprismo como teoría incomprendida, como hijo negado, como profeta perseguido, es teoría aún incompleta. Haya de la Torre solo señaló el camino, abrió la puerta de algo distinto.

Existes tres momentos, ideológicamente hablando: el primero con el grito que significó en la región El antiimperialismo y el APRA, el segundo con Espacio y tiempo histórico, y el tercero con Mensaje de la Europa Nórdica. Estos tres tienen el signo del adelanto ideológico, y por ello su trascendencia, su incomprendida trascendencia. La gran mayoría de detractores se ha quedado en la lectura del primer momento, y con ello creen que han entendido al APRA.

Ser aprista en estos tiempos es ser socialdemócrata; creer, como en la década de 1930, en un país nuevo y distinto; creer en la justicia social, porque, contra lo que sostiene Fukuyama, las ideologías no han muerto, nunca podrán morir. Aquí habría que leer a Althuser. De ahí la concepción errada que se ha dado en Europa: se trata solo de un proceso, el de los partidos políticos contra los colectivos. Es solo una página de la historia que dará inicio a otro proceso.

Del siglo XX nos queda la lucha antiimperialista. Hoy nos enfrentamos a un nuevo imperialismo, el del bloque Cuba-Venezuela. Su injerencia en la vida política de otros países significa un imperialismo. Por eso hoy, como antes, podemos decir: “Ni imperialismo norteamericano ni imperialismo neosocialista”.

Lo que ya no se puede afirmar del aprismo son algunos puntos del programa máximo, que debieron renovarse sin que ello signifique perder la naturaleza social e ideológica. La internacionalización del Canal de Panamá es un ejemplo de esto.

Alguna vez Haya de la Torre dijo que necesitábamos del capital, pero en condiciones iguales. No se negó a la inversión, como sí hicieron algunos partidos aquí de gen roja. Se negó a la desigualdad de condiciones, pero no a la inversión del capital.

El Gobierno actual ha hecho uso de esta prédica en el campo económico. Más que de un uso, se trata de una deuda con la historia y con el partido, con Haya de la Torre. En este capítulo de la historia republicana escribirán que fue un pago atrasado del presidente Alan García. Es un tema que va más allá del Gobierno.

Alguna vez Haya sostuvo que un buen gobierno está ligado al conocimiento de la economía, puesto que las cuestiones de Estado requieren que un país tenga para su desarrollo cifras aceptables para el mundo.

No hay un aporte principal de nuestra ideología a la política nacional. Escribir sobre política en los primeros años del siglo XX es escribir sobre los pasos del aprismo; están intrínsecamente ligados. Por ello, la historia del APRA es parte de la historia política del Perú.

El primer gran mitin de masas en el Perú tuvo lugar en la Plaza de Acho y fue hecho por el APRA. El primer manifiesto político-ideológico como concepción de unidad acerca del Perú fue hecho por el APRA. Hablar de un pensamiento político latinoamericano es hablar de aprismo. Lo estudian en las mejores facultades de Derecho y Ciencias Políticas de la región.

Ideológicamente, ¿hacia dónde apunta el APRA?

Como ideología creemos en la justicia social y, por tanto, somos socialdemócratas. Aspiramos a niveles de vida aceptables en el país: a una educación digna, una vivienda digna, un trabajo digno. En conclusión, hacia un país con suficientes oportunidades.

Después de Haya no hubo otro adelanto ideológico. Debió haberlo; debe haberlo. Ello debiera plantear las dos nuevas grandes revoluciones: robótica y biotecnología. En este siglo de capital, en este tiempo convulso, urge que el APRA se dé un nuevo derrotero.

Como diría Haya, queremos que vengan generaciones nuevas y nos venzan, no con nuevas luchas por cargos internos, sino con luchas de ideas, porque son las ideas las parteras de la historia, las hacedoras del tiempo, las que hicieron los grandes momentos de la historia, las que forjaron con barro y esfuerzo las grandes revoluciones.

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Perfil

Luis Alberto Sánchez Cáceres, director de la ONG de derechos humanos Waynakuna Perú. Investigador y especialista en temas contra el terrorismo. Ha sido entrevistado por los mejores periodistas del país. Candidato al congreso de la república por el partido político Perú Nación. Ex coordinador del foro nacional de juventudes de partidos políticos. Conductor de Radio.


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